Estamos en un momento de transición socio cultural a nivel mundial, donde la igualdad se exige con protestas, donde las letras hablan de amor, realismo y liberación no de sexismo y opresión, donde la lucha es colectiva y el grito es cada vez mas fuerte. Nuestro mercado musical ha crecido y son las mujeres las que destacan. Y no hablo de sobresalir en un ambiente que es por defecto masculino. Hablo del talento natural o adquirido que eleva la música realizada por artistas mujeres a otro nivel. Hablo de Cazzu en los premios Lo Nuestro, hablo de Marilina Bertoldi recibiendo el disco del año, hablo de Bilie Elish ganando 5 Grammys con tan solo 18 años, de aquellas que superaron historias de violencias y se ponen como ejemplo para que otras se animen a salir de ese lugar o las que cancelan fechas porque los productores de los lugares no se comportan correctamente con ellas o sus fans. Hablo de mujeres que enseñan con el ejemplo que siempre se puede ser mejor y que por mas dura que sea la critica, lo mas importante es ser uno mismo.
Dulces, románticas, idealistas y sobre todo talentosas. Así se vio a las mujeres que sacudieron los escenarios de Cosquín Rock.
“No hay suficientes mujeres con talento a la altura de Cosquin Rock” decía José Palazzo el año pasado provocando la indignación de muchas artistas que tomaron a personal el comentario del productor. ¿Acaso sus gustos son decisivos para determinar la capacidad de un artista? ¿O es una cuestión de tickets? Y si me equivoco y su intención no esta relacionada a una cuestión monetaria o personal, entonces ¿qué cambio en un año como para que CR pusiera en su grilla un numero de artistas mujeres superior el mínimo establecido?
Esta bien, seamos realistas: los veinte años de CR tuvieron el olor a perfume de la nueva generación. Obviamente, aquellas mujeres que se abrieron camino en 2019 debían estar presentes en CR. Nathy Peluso rompiendola aquí y allá, Mon Laferte y su fuerte mirada política sobre la situación del país vecino, Angelita Torres y su hermosa voz, Cazzu, después de agotar dos Teatro Opera. Mucho talento que ademas, aporta un movimiento en las redes que globaliza el festival. ¿Será que ser influencer hoy es más importante que ser talentosa? Ojo, no me malinterpreten. Lejos estoy de creer que estas mujeres no se han ganado su lugar, de hecho, comparto la indignación con Marilina, porque considero que hay muchísimo más talento del que los rockeros estamos acostumbrados a ver.
Pero ¿que esperan de nosotros? Son años de cultura, no pueden abrirse cabezas de un día para otro. De hecho, exceptuando a Hilda Lizarazu y Daniela Doffo que prácticamente abrieron el escenario norte, el resto de las artistas femeninas de este CR20, se distribuyeron en los otros escenario y esto no es casualidad. Pero si Divididos pudo superar sus diferencias con la productora… ¡quién sabe! Lo que si se pudo ver, es la notable incorporación de mujeres trabajando con las bandas en backstage: sonidistas, asistentes y plomos, codo a codo por su banda. ¿O acaso será que nuestro radar esta mas afilado y nos permite ver situaciones que antes pasaban desapercibidas?
Tuvieron que pasar 20 años para que un mínimo de cupo femenino se hiciera presente en los escenarios de Cosquín Rock. Que la historia nos condene por eso!
